El mejor consejo que he recibido
Es solo una fase...
Fue mi primer viaje al Reino Unido desde que me quedé embarazada. Con cinco meses de gestación, en una boda y hablando con la amiga de una amiga sobre bebés, recibí lo que sería el mejor consejo de mi vida.
He recibido muchísimos consejos, tanto pedidos como no solicitados, desde que anuncié mi embarazo hasta hoy. Algunos fueron útiles, pero la mayoría me descolocaron, me empujaron a hacer cosas con las que no me sentía cómoda y, en casi todos los casos, fracasaron.
Quién iba a imaginar que una conversación algo ebria -yo, claramente, no- fuera tan decisiva en los primeros meses de la maternidad. Y sí, seguro que para quien ya tiene hijos esto es obvio, pero cuando te adentras en lo aterradoramente desconocido de ser madre primeriza, fue toda una revelación.
Es solo una fase...
En aquel momento no lo entendía del todo: ah, mi bebé será encantador un día y al otro no; vale, puedo lidiar con eso; llegará la dentición, pero pasará; puede que haya un periodo en el que el bebé deje de dormir, parece normal.
Lo que no te imaginas es que ¡hay tantísimas fases! Cada semana es distinta…
Las primeras semanas Bo solo dormía sobre nuestro pecho; me dijeron que eso le echaría a perder y que debía evitarlo, así que en lugar de disfrutar de ese momento lo pasé preocupándome, justificando que dormía en el pecho ante mí misma y ante quien quisiera escuchar: era solo una fase, una que fue demasiado breve y que debería haber disfrutado. Echo de menos esos abrazos entre sueños y sé que no los volveré a tener por un tiempo….
Después de dormir plácidamente las primeras tres semanas, Bo empezó a tener miedo de la oscuridad y no quería dormir por la noche; pasamos horas paseándolo y meciéndolo tratando de averiguar cómo recuperarlo, repasando todo lo que habíamos hecho mal que pudiera haber provocado esto, considerando cada solución posible: cambiar la alimentación, la posición al dormir e incluso la habitación… fue solo una fase; en tres días volvió a la normalidad.
El mes pasado, nuestro bebé de ocho meses -que hasta entonces dormía bien- decidió que odiaba acostarse: gritó durante una hora y media a la hora de dormir y luego cada hora durante la noche hasta el amanecer. Estábamos al límite: ¿qué habíamos hecho? ¿Lo arruinamos por dejarle dormir en nuestro pecho de recién nacido? ¿Su cama baja le da demasiada libertad (sí, nos dijeron que tenía demasiado espacio y por eso no dormía)? ¿Le damos la comida equivocada y tiene dolor de barriga toda la noche? ¿Realmente nos odia ahora? No, fue una etapa especialmente difícil. Duró algo más que las demás, pero resistimos y nos adaptamos para que estuviera lo más tranquilo posible a la hora de acostarse; tres semanas después volvió por completo a la normalidad. Posiblemente fue la peor fase hasta ahora, pero como todas las demás, llegó y pasó.
Algunas de las otras fases que hemos vivido en estos nueve meses:
- Vomitar tras cada toma -¡en cada una!-. Esta fase duró unos cuatro meses
- Solo se dormía si lo paseábamos
- Solo se dormía si no se le tocaba
- Solo se dormía con luz
- Solo se dormía en la oscuridad
- Se obsesionaba con la pared detrás del sofá; solo se dormía si podía verla
- Dormía toda la noche a las 10 semanas y, a los 3,5 meses, dejó de hacerlo
- Le gustaba dormir en su cuna
- Odiaba dormir en su cuna
- Amaba dormir en su cama baja, luego la odiaba y después volvía a amarla
- No tomaba la leche (frustrante: un bebé cansado y hambriento que no quería comer). Duró una semana y volvió a la normalidad
- Estaba de mal humor en general
- No comía verduras
- Adoraba las verduras
- Se atragantaba con cualquier alimento que tuviera algo de textura
- Comía trozos enteros de pan tostado
- Le encantaban los abrazos
- Odiaba los abrazos
- No aceptaba el chupete
- No dormía sin chupete
La lista es interminable y seguro que habrá muchas más. Como padres debemos ser flexibles, pero sin sobreactuar ante cada pequeño cambio; si hiciéramos caso a todo el consejo que nos dan, nuestros bebés no sabrían si vienen o van.
Así que sigue tu instinto: cambia lo que creas necesario, pero respira hondo y acepta que los bebés cambian. Si están especialmente difíciles, nueve de cada diez veces es solo una fase dura. Pronto vendrá la siguiente.
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